La estrella del tenis bielorrusa Aryna Sabalenka ha conmovido al mundo con un gesto de generosidad que trasciende las canchas. En un acto discreto pero profundamente significativo, Sabalenka pagó de su propio bolsillo las facturas del almuerzo escolar de 1200 estudiantes de San Candido, un pequeño pueblo italiano. Sin embargo, no fue solo su contribución económica lo que llamó la atención; también fue una emotiva carta que acompañaba su donación, la cual hizo llorar al personal escolar.
Sabalenka, conocida por su poder en la cancha y su carisma fuera de ella, decidió tomar esta decisión sin buscar publicidad. Según fuentes cercanas a la escuela, la tenista se enteró de las dificultades económicas que atravesaban muchas familias de la región para cubrir los costos de los almuerzos escolares. Sin dudarlo, contactó con la administración del colegio y se ofreció a liquidar la deuda acumulada, garantizando que todos los estudiantes pudieran disfrutar de una comida nutritiva sin preocupaciones. Este gesto, valorado en miles de euros, se mantuvo en secreto hasta que la escuela decidió compartir la noticia, conmovida por la generosidad de la jugadora.
Lo que realmente conmovió al personal fue la carta que Sabalenka incluyó con su donación. En ella, la número dos del mundo expresó su gratitud por la educación y el apoyo que recibió durante su infancia, destacando la importancia de garantizar que ningún niño pase hambre mientras persigue sus sueños. “Sé lo que es crecer con dificultades, y si puedo ayudar a estos niños a sentirse apoyados, lo haré con todo mi corazón”, escribió. También compartió palabras de aliento para los estudiantes, animándolos a perseverar y creer en sí mismos, un mensaje que resonó profundamente entre el profesorado y el personal de la escuela.
El impacto de este acto ha trascendido San Cándido, generando una ola de admiración en redes sociales. Los aficionados al tenis, acostumbrados a ver a Sabalenka dominar con su potente saque e intensidad en torneos como Roland Garros, ahora celebran su humanidad y empatía. Este no es el primer acto filantrópico de la bielorrusa, pero su decisión de mantenerlo en privado refleja su deseo de ayudar sin esperar reconocimiento.
La comunidad de San Candido ha expresado su profunda gratitud, y los padres de los estudiantes han elogiado a Sabalenka por su sensibilidad hacia las necesidades de los niños. En un mundo donde las figuras públicas a menudo buscan atención por sus buenas acciones, la humildad de Sabalenka ha dejado una huella imborrable. Su carta, ahora expuesta en la escuela como recordatorio de su bondad, sigue inspirando a todos los que la leen. Mientras Sabalenka se prepara para sus próximos desafíos en la cancha, su legado en San Candido demuestra que su grandeza va mucho más allá del tenis.