EXPLOSIÓN DE ESCÁNDALO: Aryna Sabalenka cae en la locura paranoica tras la prohibición de dopaje de Jannik Sinner y emite una impactante declaración de cinco palabras sobre medidas extremas para salvar su carrera de una ruina “accidental”.
24 de abril de 2025 – Madrid, España – El mundo del tenis se está recuperando de una revelación impactante que ha conmocionado a la élite del deporte. La número uno del mundo, Aryna Sabalenka, se ha visto sumida en una frenética paranoia tras la suspensión por dopaje de tres meses de Jannik Sinner, admitiendo que tomó medidas extremas para proteger su carrera de un desastre “accidental”. En una emocionante conferencia de prensa en el Abierto de Madrid, Sabalenka pronunció una escalofriante declaración de cinco palabras que dejó a aficionados, jugadores y analistas sin palabras: “Ahora tengo miedo de todo”. »
La suspensión de Sinner, anunciada en febrero de 2025 después de dos pruebas positivas de clostebol (esteroide anabólico) en 2024, ensombreció el tenis. El número uno del mundo italiano, que había aceptado la suspensión como parte de un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), fue contaminado inadvertidamente por un fisioterapeuta que le administró un espray de venta libre. Aunque el caso de Sinner fue considerado involuntario, sus consecuencias provocaron un temor generalizado entre los jugadores, siendo Sabalenka la visiblemente más afectada. Su franca admisión de paranoia reveló el lado oscuro del deporte, donde el más mínimo paso en falso puede acabar con una carrera.
“Después de lo que le pasó a Jannik, estoy aterrorizada”, dijo Sabalenka a los periodistas con voz temblorosa. “Ya no confío en nada. Le tengo miedo a todo.” La bielorrusa, conocida por su actitud feroz en la cancha y su potente juego, reveló una serie de precauciones obsesivas que ha adoptado para evitar cualquier contaminación accidental. Desde negarse a beber una botella de agua abierta sin supervisión hasta revisar meticulosamente cada comida, los nuevos rituales de Sabalenka pintan la imagen de una jugadora atormentada por el espectro del dopaje. “Si dejo mi agua afuera, aunque sea por un minuto, tomo otra.” “Parece una locura, pero no puedo correr ese riesgo”, dijo con aspecto nervioso.
La paranoia de Sabalenka no es infundada. El caso de Sinner puso de relieve la facilidad con la que puede producirse la contaminación: una crema, un apretón de manos o incluso un equipo compartido pueden introducir una sustancia prohibida. La Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) inicialmente absolvió a Sinner, pero la apelación de la AMA y la posterior suspensión subrayaron la tolerancia cero del deporte incluso para las violaciones no intencionales. Para Sabalenka, que ha llegado a lo más alto del ranking de la WTA con títulos en Brisbane y Miami esta temporada, hay mucho en juego. Una violación de las normas antidopaje podría privarla de los éxitos que tanto le costó conseguir y empañar su legado.
La comunidad del tenis reaccionó con una mezcla de simpatía y preocupación. Las publicaciones en X ilustran bien este sentimiento: un usuario escribe: «El miedo de Sabalenka es real; ¡las normas antidopaje del tenis son un verdadero campo minado!». Otros, sin embargo, se preguntan si sus precauciones rozan la obsesión. «Actúa como si alguien intentara sabotearla», comentó otro usuario. Exjugadores han opinado, y Serena Williams señaló recientemente que evitó incluso medicamentos de venta libre como Advil durante su carrera para protegerse de los riesgos del dopaje. Sin embargo, las medidas extremas de Sabalenka llevan la precaución al siguiente nivel, planteando dudas sobre el impacto psicológico del régimen antidopaje en el deporte.
Los comentarios de Sabalenka llegan en un momento crucial de su temporada. Tras sufrir una derrota ante Jelena Ostapenko en la final del Abierto de Stuttgart, tiene la presión de defender su estatus en las pistas de arcilla de Madrid, un torneo que describe como un escenario “cómodo”. Sin embargo, su atención parece dividida, con los temores al dopaje eclipsando su preparación. “Intento jugar mi juego, pero todavía sigo pensando en ello”, admitió. Sus ajustes tácticos en arcilla –priorizando la fisicalidad y la precisión– ahora se ven agravados por la tensión mental de la vigilancia constante.
Las implicaciones más amplias para el tenis son profundas. La suspensión de Sinner, criticada por Novak Djokovic como “favoritismo” y por Serena Williams como una indulgencia en comparación con lo que le habría correspondido, expuso las inconsistencias en la lucha contra el dopaje. Jugadores como Sabalenka están atrapados en un sistema donde la inocencia no siempre es suficiente para evitar el castigo. A medida que se acerca a la temporada de arcilla, cada uno de sus movimientos será analizado minuciosamente, tanto por su desempeño como por su cumplimiento de los protocolos antidopaje.
Por ahora, la explosiva declaración de cinco palabras de Sabalenka: “Ahora tengo miedo de todo”, resuena como un inquietante recordatorio de la fragilidad del éxito en el tenis moderno. Mientras ella lucha contra sus miedos y sus adversarios, el deporte la observa, preguntándose si su estrella más brillante emergerá ilesa de este escándalo o si la paranoia definirá su legado.